domingo, 27 de septiembre de 2020

El espejo

El Espejo

Levántate y corre. Un café el maquillaje. Corre, toma el bus y sigue corriendo. Trabaja, contesta el teléfono. Corre. Ve al gimnasio, la sociedad dice que estás gorda. Sigue corriendo. Llega a la casa que no es un hogar. Cena con culpa, toma una ducha y duerme. Despierta y vuelve empezar.

Hasta que llega esta jodida pandemia y las prisas no sirven porque no hay donde ir. El trabajo se traslada hacia la misma casa que sigue sin ser hogar y ahora es cárcel. No hay maquillaje que cubra tus miserias ahora y la cena ya no es con culpa sino con vicio. Duermes y la pesadilla vuelve a empezar.

Ahora toca empezar a conocerse de nuevo. A descubrir quién somos sin las prisas, el maquillaje y los subterfugios. Ahora el espejo nos mira y cada vez es más difícil sostenerle la mirada. Pero toca hacerlo. Sacar las fuerzas y repetirnos que esto pasará. Pero cuando pase seremos mejores, con menos miedos a quien somos en realidad y menos dependencia del maldito tiempo.

Volveremos y valoraremos los abrazos y  los besos. Volveremos y el café compartido será más dulce, el cielo más bello y haremos del trabajo un medio y no un fin. Volveremos y el espejo no podrá intimidarnos porque amaremos la persona que surgirá de nuestros pedazos rotos y demonios domesticados. Volveremos y quizás su solo quizás de alguna manera la celda volverá a ser casa y la casa finalmente un hogar.

Hasta entonces toca respirar encontrar nuevos caminos y mirar a los ojos del espejo. Abrazar esa mirada y decirle Yo te amo, estarás bien y serás mejor y más libre.

                            Sinceramente, Lulú

jueves, 15 de agosto de 2019

Utopía para ti

Ya está empezando a oler el café en la cocina. En el porche de la vieja casa tu hermano Carlos Manuel toca los acordes de lágrimas negras mientras tu mamá peina tus cabellos que ya no guardan el color de la nieve sino que caen en cascada de ébano por tu espalda. La brisa silva y tu papá sonríe desde el campo. Tus ojos negros brillan pero ya nunca más habrá lágrimas de tristeza en ellos. Mi abuelo te trae azucenas bajo el brazo y tus hermanas ponen la mesa. No hay muchas cosas materiales pero eres feliz y no hay fortuna en el mundo que equipare eso. Me haces falta y te extraño en todas las cosas pero desde tu jardín celestial se que estás velando mis pasos  inciertos por la vida. Cuando el miedo me ahoga pienso en ti, y mi fe vuelve. Me enseñaste que la mejor manera de volar alto era manteniendo los pies en la tierra.

Ya que no puedo celebrar estas 91 primaveras contigo te regalo la utopía que me brinda sosiego en el alma cuando los días sin ti se me hacen eternos. Abuela donde quiera que estés ahora rezo para que estés viviendo tu propia versión del paraíso. Te amaré siempre

                                                   Lulú

viernes, 9 de agosto de 2019

Oración Judía de Buenos días

Comparto esta oración Judía
Es bellísima!!
Que tus despertares te despierten.
Y que al despertarte, el día que comienza te entusiasme.
Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del Sol que se filtran por tu ventana en cada nuevo amanecer.
Y que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada persona que se cruce en tu camino.
Y que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque "solo" se trate de pan y agua.
Y que encuentres algún momento durante el día , aunque sea corto y breve, para elevar tu mirada hacia lo Alto y agradecer, por el milagro de la salud, ese misterio y fantástico equilibrio interno.
Y que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos.
Y que tus brazos, abracen.
Y que tus besos, besen.
Y que los atardeceres te sorprendan, y que nunca dejen de maravillarte.
Y que llegues cansado y satisfecho al anochecer por la tarea satisfactoria realizada durante el día.
Y que tu sueño sea calmo, reparador y sin sobresaltos.
Y que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco el valor de las cosas con su precio.
Y que no te creas más que nadie, porque, solo los ignorantes desconocen que no somos más que polvo y ceniza.
Y que no te olvides, ni por un instante, que cada segundo de vida es un regalo, un obsequio, y que, si fuésemos realmente valientes, bailaríamos y cantariamos de alegría al tomar conciencia de ello.
Como un pequeñísimo homenaje al misterio de la vida que nos acoge, nos abraza y nos bendice.
Cortesía Armonizando tu energia

Espero tengan una maravillosa jornada y que los ángeles siempre los protejan,

Sinceramente Lulú,

martes, 6 de agosto de 2019

Tiempo personal

Había una vez un hombre con una agenda. Tenia su vida perfectamente planficada según metas y objetivos. Primero una gran carrera, luego un puesto importante quizás después un matrimonio y un par de niños. Como la vida no cree en agendas ni cronómetros cuando las cosas no salieron de la forma planificada el hombre no supo que hacer.

Los días se convirtieron en años y las frustraciones en arrugas. No había nadie a su lado porque en sus planes no había tiempo para cosechar amigos y su familia poco a poco se fue distanciando de él. Al final de sus días se dedicó a escribir una carta sin destinatario para quien pudiese encontrarlo en el futuro:

Amigo (a):
Estas manos temblorosas que hoy te escriben vieron pasar muchos inviernos y la única lección que pueden dejarte es esta "nunca podrás bañarte dos veces en el mismo río". Tal vez te resulten extrañas mis palabras pero es una triste realidad, el tren de la vida no espera por nadie. Si hoy no disfrutas de las personas y cosas que tienes a tu alcance, mañana quizás sea demasiado tarde. La lluvia no mata, reír revindica y amar siempre es un riesgo que vale la pena correr. Recuerda que el NO es algo que ya tienes de tu lado antes de arriesgarte, así que dalo todo y no tengas miedo a la incertidumbre. En lo dudoso se esconden las mejores cosas. Si amas a alguien, díselo. No dejes que tu vida este llena de " y si..." a veces es mejor pedir perdón que pedir permiso.
Mi tiempo comenzó a escacear y cuando miro atrás veo solo una línea recta y sin sobresaltos que me condujo al mismo sitio donde terminarán los intrépidos. Se valiente y vive al máximo...

Así que ya vez, este es el pasaje que quise compartir contigo hoy. Trabaja para vivir pero no vivas para trabajar. Disfruta de las pequeñas cosas que te complementan el alma. En mi caso dejaré que me seduzca el aroma del café en la mañana, una caminata junto al mar, ese poeta sin nombre que conmovió mi corazón, un beso robado, una puesta de
Sol, y por supuesto los brazos de mi madre.

Sinceramente Lulú

lunes, 29 de julio de 2019

Aprender a soltar: Cómo lidiar con el dolor

Sé fuerte. Esa es la frase más cliché que solemos escuchar CUANDO TODO LO QUE QUISIÉRAMOS ES QUE LA TIERRA SE ABRIERA Y NOS TRAGARA. Nadie explica de dónde sale esa fortaleza o que si nos volvemos expertos en decir que ESTAMOS BIEN es porque lidiar con el consuelo a veces es tan difícil como sobrevivir al propio dolor.  

Mi abuela falleció hace 7 meses. Tenía 90 años y Alzheimer. Un colapso en sus pulmones puso fin a su vida en plenas navidades. Vaya fiestas diría yo. Creo que mi PROCESO DE DOLOR comenzó como una bola de nieve cuando empezó a fallarle la mente. De la noche a la mañana la mujer fuerte y guerrera que era mi abuela se transformó en una niña y eso cambió mi foco de vida. Mis horarios, mi tiempo, mis energías, todo estaba dirigido y enfocado en darle AMOR a ella. 

En algún punto del caminé dejé de pensar en las repercusiones de su enfermedad,en su codependencia y la disminución de sus funciones vitales; en ese momento negro y amargo en que finalmente olvidara quien era yo. Convertí mi angustia en adaptación. Dejé de ver a mi abuela como una adulto convaleciente para tratarla como un infante. Convertí la desesperación en tolerancia y a cada oportunidad le dije que la amaba. Sostuve sus manos hasta el último momento y aún cuando el mundo se había vuelto un lugar tenebroso y gris para ella fui siempre su gota de color.

Le gustaba peinar mis cabellos y ponía una sonrisa en su rostro cuando me veía llegar. Le gustaba acariciarme y decirme "Mi hijita más pequeña". Todos los rostros se desdibujaron en su mente menos el mío. Incluso al final, sabía que era yo quien sostenía sus frágiles manos. Ese fatídico día el mundo dejó de girar para mí.  Nada tenía sentido sin ella a mi lado, sin sus ojos sabios y sus manos en mi cabello, sin oirla cantar y hacerme cuentos de su familia. Una parte de mi sabía que ahora ya no podía seguir sufriendo los embates de su enfermedad pero la otra no estaba lista para verla irse así, como un diente de león que se esparce en el viento. 

No hay un momento en que no la extrañe, en que no la necesite en mi vida. El tiempo no ha sanado su ausencia pero ya dejé de pelearme con Dios. Ya no trato de pensar en el mañana sin ella. Me concentro en llevar un día a la vez, en recordar los momentos dulces y tratar de vivir la vida de frente como lo hacía ella, en disfrutar de los pequeños momentos, en sonreir hasta que mi cerebro se lo crea y en hacer honor a todas sus enseñanzas. 

Aún hoy, 7 meses después, llevo mi dolor como una ola; a veces me golpea con intensidad, cuando una canción, un aroma, un recuerdo me arrastra hacia ello y otras veces se desplaza ligera dándome tiempo a recuperarme y llevar mejor  la próxima ola. Hasta entonces lucho por no bajarme de la tabla y rebasarla un día a la vez. NO ESTOY BIEN, NI TENGO PORQUE ESTARLO. Mi misión es sobrepasar el día de HOY y estar un poco MEJOR QUE AYER. Así que si hoy sientes tu corazón doler sin consolación, respira hondo y se libre para estar mal, pero no nades en la autocompasión, evoca cada momento bueno porque extrañar es sinónimo de haber amado bien. No seas fuerte, sé tu mismo y encuentra tu tiempo de sanación. Tal vez no hoy, ni mañana pero en algún punto del camino incluso con el alma rota podrás brillar otra vez.



Sinceramente Lulú
  

miércoles, 3 de agosto de 2016

La Autoestima: Mi mejor amiga

Sin ser tediosos podemos afirmar que la autoestima no es más que el amor que logramos desarrollar hacia nosotros mismos a lo largo de nuestra vida. Algunos suelen confundir esta cualidad con la vanidad o el orgullo cuando más que una cuestión ególatra, la autoestima es un arma de sobreviviencia.

El ser humano esta condicionado para sobrevivir a costa del más débil, suena crudo pero es cierto. La balanza siempre está oscilando y lo que determina nuestro límite de resitencia al abuso, la humillación y la violencia, sea esta última psicológica o física es precisamente ese amor hacia nosotros mismo que nos hace plantarnos y decir basta, yo valgo más que esto.

Así que queridos lectores, seamos valiente, decir NO es un arte maravilloso que hay que cultivar en determinadas ocasiones. Ámemonos y seamos salvajes, defandomos a ese ser estupendo que vive en nuestro interior y que merece nuestro respeto y el de los demás.

Sinceramente, Lulú